Los llamados “nuestros hijos” en realidad no son “nuestros” sino almas infinitamente sabias y antiguas que ya han encarnado en esta matriz miles de veces.
Con la infinita sabiduría de su alma
y con extraordinaria precisión,
han elegido esta encarnación específica,
su cuerpo, la región geográfica, el tiempo histórico,
sus padres y familiares,
y todas las circunstancias
que ahora forman parte de su vida.
Estas elecciones han sido motivadas por razones muy específicas y poderosas, que suelen ir más allá de la comprensión lineal y limitada de quienes desempeñan el papel de padres.
Ellos, incluso durante su período temporal de rol de “hijos”, están perfectamente equipados para enfrentar todas las dificultades que se presentan en este momento del camino humano,
..y mucho, mucho más.
De hecho, es muy probable que sean parte de esas almas que han venido aquí, no solo para participar en el juego de la vida terrenal, sino también para transformarlo en un juego mucho mejor, mediante el ejercicio de sus extraordinarias habilidades anímicas.
Por lo tanto, es importante que un padre se abstenga de proyectar la idea del “niñito del que preocuparse” que no es más que un “programa” que, a través de la idea mal interpretada de la crianza, continúa perpetuando el ciclo reptiliano/luciferino/víctima/ verdugo que está en la raíz del problema del colectivo humano.
En lugar de proyectar continuamente sus pasados y futuros llenos de contracciones, angustias y miedos, la labor de los padres es la de, instante fugaz tras instante fugaz, ser el soporte de lo que el “niño” es, asumiendo una responsabilidad personal hacia su verdadera esencia, que siempre y sólo, funciona a través del gozo, la imaginación, la creatividad y la celebración de nuestra unicidad.
De hecho, es muy posible que el “niño” también haya encarnado para ayudar al padre o la madre a recordar y reconectarse con esta esencia, que a menudo ha perdido de vista, en el afán de una vida dedicada a una supervivencia ilusoria.
Lo interesante es que también la forma en que los padres manejan su relación con el hijo, sea “correcta” o “incorrecta”, incluso esto fue elegido por el alma que ha encarnado como “hijo”.
Por lo tanto, como siempre, sigue en vigor la idea de relajar todos los juicios sobre nosotros mismos, sobre nuestros hijos y sobre todo lo demás, ya que todo es siempre y exactamente como debe ser. Lo único que hemos de hacer en cada momento, es ser siempre nosotros mismos con la habilidad que nos permita la conciencia que hemos adquirido hasta ese momento de nuestro viaje.
Al contrario de lo que nuestra mente quiere que creamos, el grado de esta habilidad es siempre y exactamente lo que debe ser y tal como ha de ser en ese momento.
Marco Missinato
Traducción:
Lua Català
https://luacatala.wixsite.com/luamusica
Foto:
“Una mirada hacia un nuevo horizonte”
Foto de Marco Missinato
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