Traducción y Doblaje:
Lua Català
https://luacatala.com
«Solo si somos extremadamente honestos con nosotros mismos podemos afrontar el delicado pero importante y fascinante trabajo de evidenciar los falsos gozos (dependencias) de los verdaderos» – Marco Missinato
Una de las… tal vez una de las cosas más importantes para afrontar en este momento son nuestras dependencias, la dependencia de algo. Es importante en este momento reducir nuestras dependencias tanto como sea posible, para ser libres y a través de esta libertad es más fácil navegar los próximos meses o incluso años de gran e intensa transición que estamos viviendo. El discurso de las dependencias es bastante… a menudo confuso, para la gente.
Parece que hay una tendencia a confundir una dependencia con un gozo, y por eso muchas veces oigo decir a la gente: «pero me da gozo comer, fumar, beber, trabajar…» y es cierto, esos son los gozos de vida, pero son los gozos de la vida sólo cuando son una elección.
Entonces, si el gozo de algo no es una elección, sino una necesidad, una adicción, una dependencia, entonces ya no es gozo. Podemos decir que es un falso gozo, es una, digamos, disfuncionalidad, disfrazada de gozo.
Asi que la pregunta es: «Está bien, ¿te gusta esto? ¿Puedes prescindir de ello? ¿Puedes elegir cuándo tenerlo y cuándo no?»
Si puede elegir absolutamente, lo más probable es que sea un gozo. Pero si en algún momento ves que lo necesitas y no puedes elegir, entonces es una dependencia.
Así que puedo elegir comer, pero si no como durante un día o dos, no es un gran problema. Mi cuerpo no es dependiente. No necesita mucho y por lo tanto no es que tenga que darme un atracón o necesariamente, tener que pensar constantemente en comer cuando me levanto por la mañana, cuando a lo largo del día llega la hora de comer o de cenar.
No soy dependiente de estas posibilidades, son opciones y en cualquier momento puedo elegir, tanto yo como mi cuerpo, hemos llegado a un punto en el que nos hemos desintoxicado del aspecto emocional, del apego emocional, en este caso a la comida. y así puedo elegir cuándo comer, cuándo no comer.
Lo mismo ocurre con las relaciones. ¿Puedo elegir, necesito una relación? No, no necesito una relación. Pero puedo elegir si tenerla, no tenerla, me da gozo. Si por el contrario necesito una relación, entonces si sin relación me siento incómodo, me siento perdido, siento que me falta algo, entonces la idea de una relación, ya sea con alguien a nivel sexual o a nivel romántico, a nivel creativo, en este punto ya no es una elección, es una dependencia. Así que mi así llamado falso «gozo», mi alegría, que es falsa en este caso, depende de si estoy en una relación o no, depende de si tengo algo o no.
En ese momento ya no hablamos de gozos. Son gozos, digamos sintéticos, no son orgánicos. La verdadera alegría, digamos, navega en la libertad y se puede elegir en cualquier momento.
Si por alguna extraña razón me da gusto fumar un cigarro, lo fumo, pero no tengo necesidad. Ok, puedo fumar, no puedo fumar. Yo elijo. Entonces puede llamarse gozo.
Lo que sucede es que cuando estás libre de este falso gozo, que se disfraza de necesidad, da ansiedad, de una sensación de carencia, una sensación de vacío interior, te das cuenta de que muchas de estas supuestos «gozos» en realidad no lo son.
Y así ya no necesitas azúcar. El azúcar ya no es un gozo. Te das cuenta de que cuando ya no lo necesitas, a nivel emocional, el cuerpo rara vez te lo pide. El cuerpo rara vez te pide en su organicidad espontánea, azúcar o cigarrillos o sexo o alcohol o cualquier tipo de necesidad.
Cuando se está en esta situación de no necesidad, entonces todas estas también pueden ser, digamos, etiquetadas como gozos y, paradójicamente, muchas de las llamadas «alegrías de la vida» en cierto sentido ya no te forman parte de ti.
Tu relación con la vida ha llegado a tal organicidad que empiezas a descubrir gozos distintos de los habituales, de los que atraen a todo el mundo.
Comienzas a descubrir que hay un mundo de gozos más auténtico, que está realmente disponible en cualquier momento y debemos asegurarnos continuamente de que cualquier gozo que se abrace no se convierta en una dependencia.
Entonces, sea cual sea el tipo de resonancia que siento por algo, por una situación, por un proceso creativo, tengo que mantener una situación en la que soy independiente, soy soberano e independiente de este gozo y, por lo tanto, estoy en una posición en la que puedo elegir en en cualquier momento si este gozo lo quiero saborear o no.
En el momento, una vez más, en el momento en que hay un discurso de necesidad y por lo tanto necesito esto, porque si no no estoy bien, entonces el llamado gozo ya no es gozo, es una necesidad y una situación disfuncional.
Cuando llegamos al punto en que estamos libres de cualquier necesidad, entonces nuestro viaje es mucho más ligero y es mucho más difícil que se corrompa. Es mucho más difícil para el mundo corrompernos porque no necesitamos nada. Así podemos elegir en cada momento cómo y qué vivir.
Por tanto, ahora mismo, identificar estos falsos gozos, que en realidad son necesidades, miedos, y eliminarlos, soltarlos, con diferentes métodos, hay una infinidad de ellos, tal vez sea una de las actividades estratégicamente más inteligentes.