«AMOR QUE LIBRE, AMOR QUE APRISIONA»
Marco Missinato
Traducción y Doblaje:
Lua Català
https://luacatala.com
«Dejar de lado la necesidad de medir continuamente el dar y recibir y simplemente darnos permiso para ser nosotros mismos con la confianza de que dar y recibir están perfectamente orquestados por la vida misma es quizás uno de los regalos más liberadores que podemos darnos a nosotros mismos» – Marco Missinato
Otra delicia que comienza a aparecer en nuestro camino, en nuestro gozo de existir, en este maravilloso sueño que se llama experiencia humana, es la de no necesitar más, hablando de necesidades, medir continuamente nuestro dar y recibir.
Hemos aprendido, hemos aceptado esa idea sintética de que hay poco, que existe escasez y que hay que sobrevivir. Y así, con este concepto hemos aprendido continuamente a medir nuestro dar, a recibir, a hacer un negocio de ello, a regatear continuamente, a prestar atención todo el rato a lo que doy y asegurarme de que sea compensado, que sea pagado, que se me devuelva algo a cambio, si no es que me han estafado.
Este es otro gran programa reptiliano que nos impide ser nosotros mismos, libres de expresarnos y de dar y recibir sin titubeos, sin filtros, sin continuas opiniones.
Asi que cuando empezamos a cambiar la idea de que hay poco, por la de que solo hay abundancia, en ese punto podemos simplemente danzar la vida que se articula entre dar y recibir continuamente, en cada instante, dejando de ser continuamente hombres de negocios, businessman, que controlan continuamente lo dado y lo recibido, asegurándose de que siempre haya un equilibrio entre lo que doy y lo que recibo.
En realidad, no tiene ninguna importancia cuánto hayas dado, cuánto hayas recibido, porque todo está siempre perfectamente orquestado por la sincronicidad de la vida, que no conoce escasez ni supervivencia.
Es la celebración absoluta de la abundancia infinita con la que podemos jugar. Es como si estamos en este momento.. Estoy aquí frente al mar y hay una abundancia infinita de agua, y no es que vaya a decir: «no, si quieres un poco de agua pero me debes dar algo a cambio» o quizás «¿puedo tomar un poco de agua?» es decir, simplemente te metes en el agua y disfrutas de ella.
Así que soltemos incluso esta dependencia de continuamente contener, de orquestar lo que damos y recibimos, y permitámonos simplemente ser nosotros mismos, libres de esta idea constante de que si no recibimos, al menos tanto como hemos dado, nos sentimos abusados.
Ok, podemos dejar este programa, y simplemente por el gozo de ser nosotros mismos, darnos sin expectativas, sin necesidad de tener, digamos, una devolución.
¿Y esto, que hace? Rompe todos los esquemas de la escasez y hace que la vida abra las puertas a la abundancia que luego se expresa y nos llega en 360 grados. Así que soy yo mismo gozando de ser yo mismo.
Yo traigo luz, me ilumino y yo recibo luz. Y no estoy ahí con la mano, en el interruptor, constantemente apagando, encendiendo y apagando, encendiendo, según el tipo de asunto que estoy haciendo. Doy, no por un sentido del deber o porque me siento más bueno si doy…simplemente doy, simplemente porque soy yo mismo y ser yo mismo es una ofrenda, es una ofrenda vibracional.
Y es inevitable que cuando se es, se da y cuando se es, se recibe. Y no hay ninguna necesidad de monitorizar continuamente esta ecuación.
Dejémosla ir por completo, seamos nosotros mismos sin preocuparnos de lo que nos han dado, de cuanto hemos dado, sin hacer de la vida un trato, un negocio, un marketing. De acuerdo, solo hay abundancia y, por lo tanto, no hay necesidad de medir continuamente nuestro dar y recibir.
Dejemos que se exprese y se libere de forma natural y libre.