Traducción y Doblaje:
Lua Català
https://luacatala.com
“Frente a las oportunidades que la vida nos ofrece momento a momento, después de tomarnos un breve momento en el que escuchamos atentamente la voz del alma para sentir la resonancia o la disonancia que esa oportunidad ha creado dentro de nosotros, eliminemos toda vacilación y todo lo que está en el medio entre el sí y el no y honremos la oferta de la vida con nuestra más auténtica capacidad de respuesta (responsabilidad) “- Marco Missinato
En cada momento, en nuestro camino infinito, en este momento un viaje físico, aquí en la extraordinaria aventura madre tierra, en cada momento la sincronicidad de nuestra oferta vibracional, con nuestra intención del alma, continuamente crea oportunidades y estas oportunidades se crean cotidianamente, minuto a minuto.
Estas oportunidades que llaman a nuestra puerta requieren nuestra capacidad de respuesta, o sea, nuestra responsabilidad en términos de discernimiento.
Así, cuando se nos presenta una posibilidad, una invitación, una situación frente a nuestros ojos, conectamos, por unos segundos, con nuestra alma, sentimos esta propuesta, sentimos el nivel de resonancia o disonancia y en base a eso decidimos.
Cuando hacemos esta operación, nuestra decisión es muy clara. O el alma nos dice Sí, sentimos un sí resonante que suele desprender también una sensación de entusiasmo, de gozo. O sentimos un no, gracias. Eso no es lo que siento que he de hacer en este momento.
He notado muchas veces en mi camino, cuando me encuentro con sincronicidades de este tipo, con potencialidades de este tipo, que mucha gente, un gran número de personas hacen uso del condicional, no se conectan con su alma y asumen la responsabilidad y, a través de la voz de su alma, responden con un sí firme o un no firme, sino que usan el condicional: estaría bien… quién sabe… tal vez algún día podamos hacerlo… tal vez algún día podamos encontrarnos,…si Dios quiere… sucederá, si el Universo lo quiere, sucederá… sí, pero a ver… veamos qué pasa…
Eliminemos el condicional. Eliminemos todos estos adverbios, estos adjetivos, estas palabras que son casi un insulto a la invitación de la vida a vivir una experiencia.
Patrocinan la idea de que hay circunstancias externas allá que algún día decidirán por nosotros si este potencial que la vida nos da en este momento va a suceder o no.
Estamos entrando, ya hemos entrado, en una fase de nuestro camino en la hay que eliminar esto. El mecanismo es muy simple: llega una invitación, se plantea una posibilidad o un potencial creativo, un encuentro, sea el que sea, sea la forma que sea. Nos conectamos con nuestra alma, sentimos el potencial y en base a nuestro sentir inmediatamente el alma nos dice un claro si o un claro no.
El alma nunca te dirá: sí, tal vez algún día pueda… quién sabe…si Dios lo quiere… Nunca lo hará. Todo esto es ego. Es la mente ego que quiere que viajes con el pie en el freno.
Observémonos y si vemos que tenemos esa predisposición a viajar con el pie en el freno, preguntémonos ¿qué nos hace poner el pie en el freno? ¿Cuáles son… ¿Cuál es nuestra historia interna? Cuál es la narrativa dentro de nosotros, que suele ser una narrativa llena de miedo a las consecuencias, o miedo a que algo que pasó en el pasado se repita, y que nos impide abrazar las sugerencias del alma que se nos ofrecen día a día, y que son creadas para mover la energía y expandir nuestra experiencia, y atrevernos en el misterio de la vida, en lugar de poner el pie en el freno, en nombre de la seguridad, en nombre de la zona de confort que no queremos cruzar.
Entonces un sí claro, gracias y luego acción, no un sí que es vago y se desvanece en el aire. Sí ¿cuando lo hacemos, mañana la próxima semana, el próximo mes?.. Me comprometo con esto. Quiero verte o quiero hacer esto contigo, o quiero desarrollar este proyecto. Trabajemos, acción.
O no, gracias. Muy interesante esto, pero no lo siento. En este caso, la vida te ha creado una posibilidad con la que no estás en resonancia, para que puedas desarrollar aún más tu capacidad de discernimiento. Y aprendas a decir no, porque es tan importante decir no como decir sí.
Pero no estamos en medio del viaje de nuestro camino con estos condicionales aburridisismos, estos, quizás sí, que no se entienden… pero ¿quieres hacerlo? ¿no quieres hacerlo? ¿tengo que esperar, no tengo que esperar? No, eso es un sí o un no.
Honra la vida con un 100% de atención a tu corazón y tus sentimientos y siempre te dará una respuesta precisa. En el peor de los casos puede decir: disculpa, tengo un momento de confusión, te daré una respuesta mañana.
Y esto sin embargo es raro que suceda porque, como repito, todas las vacilaciones, siempre, en la ma
yoría de los casos, vienen del ego, vienen de la mente del ego. El alma no conoce incertidumbres. Puede sentir que no es el momento de hacer una determinada cosa. Entonces, en ese caso, la respuesta es muy clara, no es un podría… estaría bien… tal vez algún día…
Es no, gracias, en este momento no. Quizás hablamos de nuevo en un par de meses y veamos cómo se ha movido la energía.
Así que eliminemos estas incertidumbres y vacilaciones. Este procrastinar, este sí, tal vez, no lo sé. Eliminemos todas estas cosas y con una fuerte madurez de conciencia, sentémonos al volante de nuestro automóvil y decidamos, momento a momento, con precisión, qué dirección tomar y qué experiencias abrazar y cuáles dejar ir.