LA NEUTRALIDAD
Marco Missinato
Textos y Música
de Marco Missinato
Traducción y Doblaje:
Lua Català
https://luacatala.wixsite.com/luamusica
La neutralidad es quizás el Estado más requerido, casi obligado para aquellos que están atravesando este período de gran transición entre el viejo y el nuevo sueño. Y podemos decir que la neutralidad es el requisito necesario para pasar por el ojo de la aguja y pasar del viejo holograma al nuevo.
¿Pero qué es la neutralidad? La neutralidad no es la adquisición de la indiferencia, tampoco es la pasividad. La neutralidad es aquella vibración que permite el ejercicio del libre albedrío, ya sea hacia nosotros mismos o hacia los demás. Lo fundamental de la neutralidad cuando se adquiere es que elimina el juicio. Eliminar el juicio es fundamental para lograr el amor, mientras haya juicio no puede haber amor.
Hay un amor que es un reflejo de cómo hemos concebido el amor hasta ahora. Un amor cargado de necesidades, lleno de sacrificio, lleno de expectativas, porque es un amor que, entre otras cosas, navega por el juicio.
La única manera de alcanzar el amor universal, el amor incondicional es eliminar el juicio de nuestra existencia. Primero debemos eliminar el juicio hacia nosotros, que es lo que nos impide llenar nuestro recipiente de amor por nosotros mismos y mientras nuestro recipiente carezca de amor por nosotros mismos, nuestro amor nunca será el reflejo de la libertad absoluta, el reflejo del amor incondicional. Será un amor lleno de bajas emociones, cargado de interferencias.
Entonces, con neutralidad renovamos el juicio y nuestra forma de navegar por la vida ya no es con la idea de lo correcto o lo incorrecto, la idea del bien y del mal, la idea de la luz y la oscuridad, sino con el principio de resonancia que nos hace sentir hacia dónde debemos conducir nuestro vehículo.
Y cuando no sentimos que una dirección específica es la correcta, no lo hacemos con el juicio, lo hacemos simplemente porque percibimos una falta de resonancia, de modo que nuestra elección no tiene carga emocional.
Y esto es lo que hace la neutralidad, elimina nuestra dependencia de las emociones y ya no dejamos que las emociones nos definan, que definan lo que sentimos y lo que no sentimos. Ya no estamos más en reacción emocional a todo lo que pasa ante nuestros ojos. Somos neutrales, lo que significa, que una vez más no nos dejamos definir desde fuera, sino que nos dejamos guiar por lo que sentimos por dentro. Sin juicio.
De esta manera nuestra manera de obrar está libre de una respuesta contraída, y libre de dramatismo y libre de necesidad. La elección de dónde y qué vivir no está llena de nuestra emotividad, de nuestras emociones. Las emociones no nos guían, las emociones simplemente nos dan experiencias sensoriales. Nos dan experiencias, algo así como cuando comemos una comida, la saboreamos, pero en realidad debería ser el cuerpo el que nos diga qué comer, no la forma en que sentimos los sabores. No deberían ser los sabores los que nos guían en la elección de nuestra comida, sino nuestro cuerpo el que nos guíe, en función de lo que necesita en ese momento.
Así que los sabores son un poco como las emociones. No deberíamos elegir hacer algo basándonos en lo que nos dicen nuestras emociones. Hemos de elegir hacer algo a través de lo que el alma nos dice y el alma no juzga. Por lo tanto, no establece el bien y el mal en función de las reacciones emocionales, sino que decide qué hacer y qué no hacer en función de la disonancia y la resonancia.
Si en este momento estoy en un edificio lleno de gente y de repente el edificio se está incendiando, puedo dejar que mis emociones me guíen y entonces la experiencia adquiere un tono sumamente dramático. Y así, desesperado, preso del pánico, empiezo a dar codazos para hacerme sitio y llegar a la salida del edificio.
En este caso son mis emociones las que me han guiado, me he dejado llevar completamente por las emociones. Así que ignoré por completo mi alma y mi centro y me dejé llevar por las emociones. En este caso el pánico, el miedo, el terror, lo que haya, y me llevan a un cierto resultado.
En la misma situación en la que me encuentro en un edificio que se incendia, donde hay mucha gente a mi alrededor que está en pánico, y está presa de las emociones, y corriendo aterrorizada, si me mantengo centrado en mi alma y, por lo tanto, me mantengo neutral, paradójicamente tengo muchas más posibilidades, no solo de encontrar la salida más inteligente, sino también de ayudar a mucha gente. Porque soy neutral, estoy centrado, y por lo tanto tengo una manera de responder… mi capacidad de responder, que es mi responsabilidad, tiene un nivel a través de mi presencia, tiene un poder mucho más fuerte.
Y entonces puedo empezar a decir: ok aquí hay fuego, allá hay una ventana, por ahí tal vez no sea una buena idea, aquí podemos hacer… Aquí hay demasiado fuego… Y puedo empezar, digamos, a tener la capacidad de responder.
Así que soy mucho más responsable cuando estoy en una situación de neutralidad que cuando me dejo llevar por las emociones, por la emotividad, cuando estoy en reacción.
Así en mi centramiento es mucho más posible que logre salir ileso del edificio que está en llamas y también pueda encontrar situaciones en las que pueda ayudar y salvar a muchas personas, que cuando estoy completamente tomado por las emociones y a codazos busco la salida.
Este es claramente un ejemplo muy, digamos, casi extremo, pero da la idea. Y así, incluso en las cosas pequeñas y grandes de mi vida diaria, si me mantengo neutral, mi capacidad para tomar decisiones viene directamente del alma. Dejo que el alma sea quien decida, mientras que cuando son las emociones las que deciden, es la narrativa de mi ego. Mi ego usa mis emociones de manera muy astuta para contarme historias, hipnotizarme e inducirme a vivir de esas emociones, para poder alimentarse, porque se alimenta de las bajas vibraciones.
El ego para vivir necesita alimentarse de emociones bajas. Así la neutralidad… en este momento estamos en un tsunami. El mundo tal como lo conocemos se está derrumbando. Si nos dejamos llevar por las emociones y reaccionamos, peleamos, nos enfadamos, etc., nuestro éxito para salir ilesos del tsunami es muy, muy limitado. O en todo caso es un parto doloroso.
Mientras que, por otro lado, si nos mantenemos centrados en la neutralidad y, por lo tanto, no juzgamos y no dejamos que las emociones se apoderen de nosotros, nuestra forma de atravesar este período de gran transformación del colectivo humano se convierte, no solo en un acontecimiento extraordinario para nosotros, sino que también tiene la capacidad de ser de apoyo para un gran número de otras almas.
La neutralidad es también, como hemos dicho, la máxima expresión del amor. Porque si no te juzgo o no me juzgo, te dejo libre para que seas tú mismo. Eres libre.
Tu libertad, cuando estás en mi presencia, no está comprimida ni limitada por mis juicios hacia ti y hacia la vida en general, y cuando estás cerca de mí, tu sensación es que tu libertad aumenta aún más porque tienes a alguien frente a ti que no te juzga, que te deja libre para ser y hacer lo que tienes que hacer.
Esto es el amor… es el regalo más grande que podemos ofrecer a nuestro hermano, a nuestra hermana. El regalo de la libertad sin juicio. Y esto es la neutralidad.
En la neutralidad está la magia del mayor regalo que podemos dar a la vida que es el amor, que celebra el libre albedrío.
Marco Missinato
“UNDER THE STARS”
Musica di Marco Missinato
Dall’album “Wings of Love”
https://marcomissinato.bandcamp.com/album/wings-of-love
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