RESPONSABILIDAD
PERSONAL ILIMITADA.
UN VIAJE SIN FIN
Marco Missinato
PERSONAL ILIMITADA.
UN VIAJE SIN FIN
Marco Missinato
Traducción y Doblaje:
Andrea Guarneri
Responsabilidad personal ilimitada.
¿Qué quiere decir?
La responsabilidad es la habilidad de responder. Por eso yo declaro de tener ilimitada habilidad para responder, a todos los eventos de mi vida, a 360 grados. Esto quiere decir que no doy a nadie, el poder, la habilidad, de responder por mi vida. Entonces la vida viene hacia mí en su infinita gama de expresiones. Todo lo que viene hacia mí, en mi vida, yo soy el que responde. Nadie más. Sé que soy soberano de mí mismo, porque sé, que la manera en que elijo responder a la vida determina mi experiencia. En mi camino la vida fluye frente a mis ojos y se manifiesta en una infinidad de posibilidades, de personajes, de situaciones, de circunstancias. Todas estas circunstancias, situaciones y personajes, la vida me la entrega de manera neutra. Así que llegan sin ningún tipo de significado. Llegan vacíos. ¿Porque llegan vacíos? Porque la vida quiere que nosotros, a través de nuestra habilidad para responder llenemos esos vacíos y decidamos nosotros, basándonos en el modo en que respondamos, que cosa estas circunstancias, estos personajes, estas situaciones que afrontamos en el camino de nuestra vida, que cosa, significan para nosotros. El modo en que nosotros respondemos a lo que llega determina el resultado, determina nuestra experiencia. La lluvia, es lluvia. No tiene un significado específico, ella es…simplemente es. La forma en que respondemos a la lluvia, determina la experiencia de la lluvia a un nivel individual. Están aquellos que inmediatamente identifican la lluvia como mal tiempo, por lo que su habilidad para responder a la lluvia, es mal tiempo, pero la lluvia no es mal tiempo, no es buen tiempo , la lluvia simplemente es. Nosotros damos a través de nuestra habilidad para responder, el poder a la lluvia de Convertirse en aquello que nosotros elijamos. Entonces, yo puedo elegir de ver a la lluvia como un factor extraordinario y Bailar bajo la lluvia. Puedo optar por resguardarme de la lluvia, porque no quiero mojarme, puedo optar por no salir de casa, porque la lluvia es mal tiempo. Puedo responder a la lluvia, con la idea, de que tengo que tener cuidado porque podría agarrarme un resfrió o un dolor de garganta. O puedo con mi habilidad de respuesta de 360 grados r,esponder a la lluvia con la idea, que lluvia cuando me recorre, a través de la piel me regenera. La lluvia dice que sí a todo. La vida siempre dice que sí, porque nos ama incondicionalmente, por eso de cualquier manera que elijamos responder a la vida, la vida nos dice sí. Porque nos ama incondicionalmente. Así que, volviendo a la lluvia, la lluvia es puntitos, puntitos, puntitos… Nuestra capacidad para responder y decidir sobre esos puntitos, puntitos, puntitos, qué adjetivo agregar. Ser soberanos de nosotros mismos quiere decir, absoluta responsabilidad. Entonces nosotros tomamos la vida completamente a nuestro cargo. No le damos a nadie más la habilidad de responder, solo nosotros en nuestra vida tenemos la capacidad de responder. Nadie más. Este es el concepto de soberanía que también se une al concepto de libertad, donde nosotros somos los creadores. Este concepto solo puede abrazarse cuando claramente, no le damos a nadie más, la habilidad de responder, nuestra habilidad de responder por nuestra vida. Por tanto no puede haber más victimismo, ya no puede haber más un verdugo. La danza dentro de la polaridad de víctima y verdugo, en el momento en que abrazamos un sentido de absoluta responsabilidad, esta danza se derrumba. No existe más. Ya no tenemos chivos expiatorios, ya no tenemos coartadas, no tenemos más excusas, porque somos los creadores absolutos. Y lo somos de todos modos, incluso cuando nuestra habilidad de responder la ponemos en manos de los demás, de circunstancias externas, ya sea el sistema, nuestra familia o nuestro jefe… lo que sea. De todos modos, somos siempre nosotros los que estamos respondiendo, asignamos nuestra habilidad de responder a alguien más, pero somos siempre nosotros que estamos respondiendo. Entonces esta es una ilusión de que no somos soberanos. Siempre somos soberanos, siempre somos responsables, solo que a veces jugamos el juego, Ilusorio, de que alguien más maneje nuestra soberanía por nosotros , pero nosotros decidimos que así sea, somos siempre nosotros en un acto de soberanía. Así que yo elijo siempre en mi camino, yo elijo siempre, tengo siempre una opción y elijo siempre yo, incluso cuando alguien más elige por mí. Siempre soy yo que doy el poder de elegir por mí a alguien más, pero siempre soy yo quien elige. Entonces la diferencia entre una persona soberana y una no soberana, entre una persona responsable y una no responsable, es una ilusión, de todos modos, siempre somos nosotros. Porque no hay nada afuera. Solo estamos nosotros. Solo hay una vida que fluye ante nuestros ojos de una manera absolutamente neutra, y desprovista de significado. Nosotros damos el significado, o dejamos que alguien más dé el significado por nosotros, siempre somos nosotros, los creadores de nuestra vida. Así que el cambio que debemos hacer de conciencia, cuando decimos que queremos convertirnos en soberanos de nosotros mismos, es el de gestionar nuestra capacidad de responder a nuestra responsabilidad de manera absoluta. Así que prestemos atención, a partir de ahora navego por la vida prestando atención que cada vez que me encuentro en una situación, soy yo quien elijo. Soy yo quien elijo la manera en que respondo a la vida y nadie más. Y cuando alguien más elige por mí, cuando yo otorgo el permiso consciente o inconscientemente, para que alguien más elija por mí. En ese momento yo freno todo y me vuelvo consciente por un momento, o por un largo momento, que le di a alguien más, el poder de elegir por mí. El poder de elegir cómo yo respondo a la vida, por un momento en esta situación, la delegue a alguien más. Bien, Interesante. Entonces creé una ilusión de impotencia donde yo no tengo poder, es él que elige por mí, es el policía, o es mi padre, o mi hijo, o mi hermano, un amigo mío, o el sistema, o la falta de dinero. Cualquier cosa, bien, me estoy dando cuenta de que le estoy dando a estas situaciones el poder de responder, la habilidad de responder, que en realidad me pertenece. Ahora me toca a mí elegir; O recupero la capacidad de responder, o dejo que este juego continúe. Si deseo alcanzar un nivel más alto de soberanía, es evidente que tengo que disminuir cada vez más, mi dar a alguien más la habilidad de responder a mi vida, una habilidad que me pertenece. A medida que nosotros disminuyamos el comportamiento víctimista , fatalista , nos volveremos cada vez más responsables, nos volvemos cada vez más soberanos y nos volvemos cada vez más libres. Así qué, con la libertad llega la responsabilidad. Entonces tenemos que preguntarnos, ok yo quiero ser soberano de mí mismo… ¿Estoy realmente listo para Expresar una responsabilidad personal ilimitada? ¿Estoy realmente listo para apropiarme y hacer mío todo lo que tiene que ver con mi vida? O prefiero continuar, digamos, la narrativa, qué patrocina una sensación de impotencia, una situación en la cuál es él, que me hizo esto, y la situación es por esto o aquello. Este es digamos el paso necesario que debe suceder en la próxima década, si no antes. Debido a que la vida nos está empujando hacia arriba, hacia frecuencias altas, donde ya no es posible sostener una narrativa en la que no somos nosotros absolutos creadores de nuestra existencia. Ya no es posible, se vuelve cada vez más difícil y cada vez más arduo, la vida se vuelve cada vez más dolorosa, más sufrida, siempre más contraída cada vez que nosotros dejamos la gestión de alguna parte de nuestra vida a circunstancias externas. Sea lo que sea. Responsabilidad personal ilimitada quiere decir soberanía ilimitada, libertad ilimitada. Lo que significa que tenemos que deshacernos de todos esos programas que nos hacen creer que hay algo que no podemos hacer. Todos son programas. Y este período extraordinario de nuestra vida, está trayendo estos programas a la superficie para que podamos reconocerlos, déjalos ir. Entonces, cada creencia limitante que está dentro de nosotros, cada creencia que tiene un límite que nos dice que no podemos hacer, que no podemos seguir nuestra imaginación como quisiéramos, no podemos seguir nuestra alegría como quisiéramos. Estos programas ahora salen cada vez más a la superficie, porque la vida quiere que entremos en un nivel de integridad con nuestra alma absoluto. Tuvimos una experiencia de falta de integridad con nuestro corazón, con el alma. Esta experiencia nos ha dado un contraste, para unos muy muy intenso, para otros menos, pero en cualquier caso hemos experimentado esta polaridad, este contraste. Ahora, despacio, decidimos nosotros la velocidad, recuperamos nuestro poder, así que iremos a ver todas estas creencias. Estas creencias limitantes, cuando durante nuestro camino, emergen, las traemos a la superficie, las reconocemos. La manera más rápida para disiparlas, para eliminarlas, es la apreciación, si nosotros apreciamos en una suerte de reconocimiento, por lo que estas creencias limitantes nos han dado en términos de experiencia, si nosotros apreciamos la experiencia que estas creencias limitantes nos han dado, esta apreciación significa que estamos listos para dejarlas ir. Y estos credos desaparecerán de nuestro camino y cada vez que una pequeña gran creencia limitante, sale fuera de nuestro sistema operativo, tenemos una nueva gama de posibilidades, que antes no existían, no estaban disponibles. Cada vez que soltamos una creencia limitante, La vida se expande. Y contamos con posibilidades que no teníamos antes, que no podíamos concebir, ni imaginar, y ahora están allí vibrantes, esperándonos. Entonces el juego de programarnos, el juego de eliminar, Identificar, apreciar y dejar ir nuestras creencias limitantes, es un juego maravilloso porque cada vez que tenemos éxito en este proceso, nuevas posibilidades nunca vistas antes, durante diez mil años, de repente son visibles, son accesibles. Y esto hace que el viaje sea cada vez más vibrante, cada vez más alegre, cada vez más entusiásmante. Todo lo que llega de la vida hace también esto, crea una posibilidad en modo que nosotros podamos identificar estas creencias limitantes. Entonces una persona incómoda que llega a nuestra vida, que pone el dedo en la llaga, que nos enoja o nos lástima, porque esta es la narrativa del ego, el alma no entiende la palabra herir, ¿Qué significa? Pero el ego está lleno de heridas, está lleno de dramatismo. Cuando una persona una situación o una circunstancia, crean una contracción, es la vida la que nos hace ver a través del contraste una creencia limitante, por lo tanto, ahora quizás por primera vez en nuestra vida tenemos la posibilidad de sacarla a la superficie y apreciarla. Y luego dejarla ir, y de repente tenemos la sensación de que tenemos una nueva vida, que solía ser así, y ahora es así, y luego así… y luego así, y se expande cada vez más. Entonces podemos decir que obtener una responsabilidad personal ilimitada es un proceso infinito, que no termina nunca, siempre hay algo más de que responsabilizarnos, siempre hay algo más con que volvernos soberanos de nosotros mismos, siempre hay algo más con lo que podemos aumentar nuestra libertad. Y es por eso que nuestro viaje terrenal es tan emocionante, por qué hay potencialidades que pueden expandirse hasta el infinito. En el momento en que llegamos a un punto en el que no hay más expulsión, no hay más evolución, hemos llegado digamos a la terminal. Entonces volvimos a la luz, una luz que no tiene polarización, que no tiene contraste, que no tiene opuestos, así que es solo luz. Llegados a ese punto, ya no vemos nada, ya no somos nada, solo somos un soplo. La alegría está en el viaje, no en el destino, una vez que llegamos a la destinación hay un momento de celebración orgásmico, pero luego inmediatamente, debemos encontrar una nueva aventura. Tenemos que encontrar otra cosa, otro viaje que hacer. El viaje de la responsabilidad personal ilimitada… es infinito.
¡Hasta la próxima! Marco Missinato
La responsabilidad es la habilidad de responder. Por eso yo declaro de tener ilimitada habilidad para responder, a todos los eventos de mi vida, a 360 grados. Esto quiere decir que no doy a nadie, el poder, la habilidad, de responder por mi vida. Entonces la vida viene hacia mí en su infinita gama de expresiones. Todo lo que viene hacia mí, en mi vida, yo soy el que responde. Nadie más. Sé que soy soberano de mí mismo, porque sé, que la manera en que elijo responder a la vida determina mi experiencia. En mi camino la vida fluye frente a mis ojos y se manifiesta en una infinidad de posibilidades, de personajes, de situaciones, de circunstancias. Todas estas circunstancias, situaciones y personajes, la vida me la entrega de manera neutra. Así que llegan sin ningún tipo de significado. Llegan vacíos. ¿Porque llegan vacíos? Porque la vida quiere que nosotros, a través de nuestra habilidad para responder llenemos esos vacíos y decidamos nosotros, basándonos en el modo en que respondamos, que cosa estas circunstancias, estos personajes, estas situaciones que afrontamos en el camino de nuestra vida, que cosa, significan para nosotros. El modo en que nosotros respondemos a lo que llega determina el resultado, determina nuestra experiencia. La lluvia, es lluvia. No tiene un significado específico, ella es…simplemente es. La forma en que respondemos a la lluvia, determina la experiencia de la lluvia a un nivel individual. Están aquellos que inmediatamente identifican la lluvia como mal tiempo, por lo que su habilidad para responder a la lluvia, es mal tiempo, pero la lluvia no es mal tiempo, no es buen tiempo , la lluvia simplemente es. Nosotros damos a través de nuestra habilidad para responder, el poder a la lluvia de Convertirse en aquello que nosotros elijamos. Entonces, yo puedo elegir de ver a la lluvia como un factor extraordinario y Bailar bajo la lluvia. Puedo optar por resguardarme de la lluvia, porque no quiero mojarme, puedo optar por no salir de casa, porque la lluvia es mal tiempo. Puedo responder a la lluvia, con la idea, de que tengo que tener cuidado porque podría agarrarme un resfrió o un dolor de garganta. O puedo con mi habilidad de respuesta de 360 grados r,esponder a la lluvia con la idea, que lluvia cuando me recorre, a través de la piel me regenera. La lluvia dice que sí a todo. La vida siempre dice que sí, porque nos ama incondicionalmente, por eso de cualquier manera que elijamos responder a la vida, la vida nos dice sí. Porque nos ama incondicionalmente. Así que, volviendo a la lluvia, la lluvia es puntitos, puntitos, puntitos… Nuestra capacidad para responder y decidir sobre esos puntitos, puntitos, puntitos, qué adjetivo agregar. Ser soberanos de nosotros mismos quiere decir, absoluta responsabilidad. Entonces nosotros tomamos la vida completamente a nuestro cargo. No le damos a nadie más la habilidad de responder, solo nosotros en nuestra vida tenemos la capacidad de responder. Nadie más. Este es el concepto de soberanía que también se une al concepto de libertad, donde nosotros somos los creadores. Este concepto solo puede abrazarse cuando claramente, no le damos a nadie más, la habilidad de responder, nuestra habilidad de responder por nuestra vida. Por tanto no puede haber más victimismo, ya no puede haber más un verdugo. La danza dentro de la polaridad de víctima y verdugo, en el momento en que abrazamos un sentido de absoluta responsabilidad, esta danza se derrumba. No existe más. Ya no tenemos chivos expiatorios, ya no tenemos coartadas, no tenemos más excusas, porque somos los creadores absolutos. Y lo somos de todos modos, incluso cuando nuestra habilidad de responder la ponemos en manos de los demás, de circunstancias externas, ya sea el sistema, nuestra familia o nuestro jefe… lo que sea. De todos modos, somos siempre nosotros los que estamos respondiendo, asignamos nuestra habilidad de responder a alguien más, pero somos siempre nosotros que estamos respondiendo. Entonces esta es una ilusión de que no somos soberanos. Siempre somos soberanos, siempre somos responsables, solo que a veces jugamos el juego, Ilusorio, de que alguien más maneje nuestra soberanía por nosotros , pero nosotros decidimos que así sea, somos siempre nosotros en un acto de soberanía. Así que yo elijo siempre en mi camino, yo elijo siempre, tengo siempre una opción y elijo siempre yo, incluso cuando alguien más elige por mí. Siempre soy yo que doy el poder de elegir por mí a alguien más, pero siempre soy yo quien elige. Entonces la diferencia entre una persona soberana y una no soberana, entre una persona responsable y una no responsable, es una ilusión, de todos modos, siempre somos nosotros. Porque no hay nada afuera. Solo estamos nosotros. Solo hay una vida que fluye ante nuestros ojos de una manera absolutamente neutra, y desprovista de significado. Nosotros damos el significado, o dejamos que alguien más dé el significado por nosotros, siempre somos nosotros, los creadores de nuestra vida. Así que el cambio que debemos hacer de conciencia, cuando decimos que queremos convertirnos en soberanos de nosotros mismos, es el de gestionar nuestra capacidad de responder a nuestra responsabilidad de manera absoluta. Así que prestemos atención, a partir de ahora navego por la vida prestando atención que cada vez que me encuentro en una situación, soy yo quien elijo. Soy yo quien elijo la manera en que respondo a la vida y nadie más. Y cuando alguien más elige por mí, cuando yo otorgo el permiso consciente o inconscientemente, para que alguien más elija por mí. En ese momento yo freno todo y me vuelvo consciente por un momento, o por un largo momento, que le di a alguien más, el poder de elegir por mí. El poder de elegir cómo yo respondo a la vida, por un momento en esta situación, la delegue a alguien más. Bien, Interesante. Entonces creé una ilusión de impotencia donde yo no tengo poder, es él que elige por mí, es el policía, o es mi padre, o mi hijo, o mi hermano, un amigo mío, o el sistema, o la falta de dinero. Cualquier cosa, bien, me estoy dando cuenta de que le estoy dando a estas situaciones el poder de responder, la habilidad de responder, que en realidad me pertenece. Ahora me toca a mí elegir; O recupero la capacidad de responder, o dejo que este juego continúe. Si deseo alcanzar un nivel más alto de soberanía, es evidente que tengo que disminuir cada vez más, mi dar a alguien más la habilidad de responder a mi vida, una habilidad que me pertenece. A medida que nosotros disminuyamos el comportamiento víctimista , fatalista , nos volveremos cada vez más responsables, nos volvemos cada vez más soberanos y nos volvemos cada vez más libres. Así qué, con la libertad llega la responsabilidad. Entonces tenemos que preguntarnos, ok yo quiero ser soberano de mí mismo… ¿Estoy realmente listo para Expresar una responsabilidad personal ilimitada? ¿Estoy realmente listo para apropiarme y hacer mío todo lo que tiene que ver con mi vida? O prefiero continuar, digamos, la narrativa, qué patrocina una sensación de impotencia, una situación en la cuál es él, que me hizo esto, y la situación es por esto o aquello. Este es digamos el paso necesario que debe suceder en la próxima década, si no antes. Debido a que la vida nos está empujando hacia arriba, hacia frecuencias altas, donde ya no es posible sostener una narrativa en la que no somos nosotros absolutos creadores de nuestra existencia. Ya no es posible, se vuelve cada vez más difícil y cada vez más arduo, la vida se vuelve cada vez más dolorosa, más sufrida, siempre más contraída cada vez que nosotros dejamos la gestión de alguna parte de nuestra vida a circunstancias externas. Sea lo que sea. Responsabilidad personal ilimitada quiere decir soberanía ilimitada, libertad ilimitada. Lo que significa que tenemos que deshacernos de todos esos programas que nos hacen creer que hay algo que no podemos hacer. Todos son programas. Y este período extraordinario de nuestra vida, está trayendo estos programas a la superficie para que podamos reconocerlos, déjalos ir. Entonces, cada creencia limitante que está dentro de nosotros, cada creencia que tiene un límite que nos dice que no podemos hacer, que no podemos seguir nuestra imaginación como quisiéramos, no podemos seguir nuestra alegría como quisiéramos. Estos programas ahora salen cada vez más a la superficie, porque la vida quiere que entremos en un nivel de integridad con nuestra alma absoluto. Tuvimos una experiencia de falta de integridad con nuestro corazón, con el alma. Esta experiencia nos ha dado un contraste, para unos muy muy intenso, para otros menos, pero en cualquier caso hemos experimentado esta polaridad, este contraste. Ahora, despacio, decidimos nosotros la velocidad, recuperamos nuestro poder, así que iremos a ver todas estas creencias. Estas creencias limitantes, cuando durante nuestro camino, emergen, las traemos a la superficie, las reconocemos. La manera más rápida para disiparlas, para eliminarlas, es la apreciación, si nosotros apreciamos en una suerte de reconocimiento, por lo que estas creencias limitantes nos han dado en términos de experiencia, si nosotros apreciamos la experiencia que estas creencias limitantes nos han dado, esta apreciación significa que estamos listos para dejarlas ir. Y estos credos desaparecerán de nuestro camino y cada vez que una pequeña gran creencia limitante, sale fuera de nuestro sistema operativo, tenemos una nueva gama de posibilidades, que antes no existían, no estaban disponibles. Cada vez que soltamos una creencia limitante, La vida se expande. Y contamos con posibilidades que no teníamos antes, que no podíamos concebir, ni imaginar, y ahora están allí vibrantes, esperándonos. Entonces el juego de programarnos, el juego de eliminar, Identificar, apreciar y dejar ir nuestras creencias limitantes, es un juego maravilloso porque cada vez que tenemos éxito en este proceso, nuevas posibilidades nunca vistas antes, durante diez mil años, de repente son visibles, son accesibles. Y esto hace que el viaje sea cada vez más vibrante, cada vez más alegre, cada vez más entusiásmante. Todo lo que llega de la vida hace también esto, crea una posibilidad en modo que nosotros podamos identificar estas creencias limitantes. Entonces una persona incómoda que llega a nuestra vida, que pone el dedo en la llaga, que nos enoja o nos lástima, porque esta es la narrativa del ego, el alma no entiende la palabra herir, ¿Qué significa? Pero el ego está lleno de heridas, está lleno de dramatismo. Cuando una persona una situación o una circunstancia, crean una contracción, es la vida la que nos hace ver a través del contraste una creencia limitante, por lo tanto, ahora quizás por primera vez en nuestra vida tenemos la posibilidad de sacarla a la superficie y apreciarla. Y luego dejarla ir, y de repente tenemos la sensación de que tenemos una nueva vida, que solía ser así, y ahora es así, y luego así… y luego así, y se expande cada vez más. Entonces podemos decir que obtener una responsabilidad personal ilimitada es un proceso infinito, que no termina nunca, siempre hay algo más de que responsabilizarnos, siempre hay algo más con que volvernos soberanos de nosotros mismos, siempre hay algo más con lo que podemos aumentar nuestra libertad. Y es por eso que nuestro viaje terrenal es tan emocionante, por qué hay potencialidades que pueden expandirse hasta el infinito. En el momento en que llegamos a un punto en el que no hay más expulsión, no hay más evolución, hemos llegado digamos a la terminal. Entonces volvimos a la luz, una luz que no tiene polarización, que no tiene contraste, que no tiene opuestos, así que es solo luz. Llegados a ese punto, ya no vemos nada, ya no somos nada, solo somos un soplo. La alegría está en el viaje, no en el destino, una vez que llegamos a la destinación hay un momento de celebración orgásmico, pero luego inmediatamente, debemos encontrar una nueva aventura. Tenemos que encontrar otra cosa, otro viaje que hacer. El viaje de la responsabilidad personal ilimitada… es infinito.
¡Hasta la próxima! Marco Missinato
admin